“Puntos fríos” y “puntos calientes”
Identificación
Analizaremos los “puntos fríos y calientes” a partir del espacio vacío y los circuitos naturales e iremos modificando y rellenando según nuestros intereses.
Puntos fríos son los espacios de poca atracción y bajo rendimiento, y los calientes, los de elevada atracción y rendimiento. Están determinados por el número de personas que pasan por esa zona y el tiempo de estancia en ella.
Son puntos fríos los dos laterales de la zona de entrada y, en particular, el situado en su parte izquierda, las esquinas, los pasillos angostos y las zonas con barreras arquitectónicas.
Puntos calientes: son las zonas de detrás del mostrador y sus laterales, las zonas del pesabebés y de toma de tensión y, en general, las que están situadas a la derecha del circuito desde la entrada hasta el mostrador. También, frente a la puerta de entrada, los escaparates, los niveles intermedios de la estanterías, las cabeceras de góndola, las zonas de exposición más atractivas como la dermocosmética y las zonas destinadas a la formación.
Aprovecharemos las zonas calientes para exponer los productos que queramos potenciar y nunca deberemos enfriarlas, puesto que son las más rentables.
Calentar un “punto frío” sin enfriar un “punto caliente”
Para calentar los “puntos fríos” utilizaremos:
- Elementos mecánicos, como pesabebés, báscula, etc.
- Los productos básicos o de primera necesidad, como leches infantiles.
- El punto de atención farmacéutica o de toma de la presión.
- Iluminación cálida, intensa y diferenciada.
- Elementos de comunicación o de animación.
Enfriar “puntos calientes”
- Colocación de mostradores largos o excesivamente grandes.
- Disposición de góndolas de producto muy largas o cerradas.
- Colocación de displays indiscriminadamente, que tapen la visibilidad del producto o el acceso a zonas de la sala de ventas.
- Colocación demasiado alta de productos en masa, creando barreras.
- Colocación de segundas cajas que se utilizan poco y que generan una barrera psicológica.
- Mala iluminación.